y al final...ya ni entiendes como has llegado hasta aquí...

miércoles, 1 de febrero de 2012

s-weed dreams 2

Hasta ahora el mismo discurso de siempre, las mismas palabras de cada vez. Yo también estoy harta de exponerme de esta manera frente a ti, pero estoy más harta de jamás obtener una respuesta concreta por tu parte, o mejor dicho, bastante asqueada de no quererla escuchar, después de todo ¿Que haría yo si me quedo sin motivos para seguir soñando?
Esta vez noté el incómodo silencio en medio de mi discurso, pues ya no soy consciente de lo que digo y lo que pienso.
Miras a un punto fijo entre la puerta y mis pies; me arrepentiré de haber dicho lo que dije, y no haber expresado lo que pensé. Me resigno a tener que interpretar tu silencio; derrota, vergüenza, pena ajena, es todo lo que punza intermitentemente en mis sienes, cada medio segundo escucho reírse a mis complejos con esa voz chillona, irritante...escandalosa.
Ya me he hundido en lo más profundo de mi infierno personal, y ella no ha pronunciado ni una sola palabra pero a este punto me niego a escuchar lo que tenga que decirme; hay silencios que reconfortan, sin embargo el suyo parece quemarme, y no tendría porqué ser diferente si acabo de quedar desnuda a sus ojos que se niegan a mirarme, sin haberme quitado siquiera un aprenda de encima...  y yo que siempre he sido tan pudorosa, acabo de desnudar mi alma, con quien sólo debí haberme quitado la ropa.
Quiero cubrir mi vergüenza, pero no sé como, si desde hace una hora sigo aquí parada, sin moverme en absoluto es sólo porque un movimiento en falso y podría estar al segundo siguiente temblando como perro abandonado en el regazo del que cree su salvador, negándose a bajar del cálido contacto con otro ser vivo.
Aunque la verdad... es que no me puedo mover en absoluto porque no tengo el control de mi cuerpo.
Finalmente la miro, creo que siente el peso del plomo que tengo por mirada caer sobre su cabeza; desvía su atención hacia mí, contrario a lo que esperaba leer en sus ojos, me encuentro de frente con una duda, que creo, no sabe cómo expresar.
Aspiro profundamente, y expiro. Muevo negativamente la cabeza en señal de autentica resignación; puede que ni si quiera me estuviera escuchando o no lo haya querido hacer.
La tensión del momento se dispersó, si no me escuchó entonces jamás lo dije.
La vida es tan fácil cuando dejo de ser yo, ahora mismo me repito que..¿Por qué no dejar de ser un momento ese ser patético que busca significados en palabras dichas sólo por decir? y peor aún, dichas hace tanto tiempo que, si alguna vez significaron algo, ahora no son más que el salvavidas que me mantiene a flote de esta incapacidad mía para relacionarme con más personas por mi cuenta.
-¿Quieres otro cigarro? -le pregunto como si de tabaco se tratara
-¿Tienes más?
-Sí, pero te toca a ti hacerlo -le respondo con una sonrisa traviesa en el rostro...después de todo, aquí no ha pasado nada.
Saco el material y la envoltura, noto que tengo las piernas casi entumidas y resienten el repentino movimiento; le entrego lo que nos proveerá quien sabe cuantas horas más de no saber de nosotras. Es lo mejor... a sabiendas de que no le volveré a ver.
Comienza con su labor y yo observo cada movimiento, creo que la pone nerviosa porque ha dejado caer algo en mi cama, no la quiero acosar que de eso ya he hecho un arduo trabajo antes, así que sólo me volteo y pongo más música; aunque esta vez es lo que yo quiero, no lo que compartimos.
Termina de hacer el cigarro, lo prende e inhala. Es gracioso su gesto al intentar contener el humo en sus pulmones,entonces exhala seguido de una tos que sin saber por qué me provoca mucha gracia, el simple hecho de verla formando parte de mi ambiente me provoca una sensación que se parece mucho al alucinar, aunque, ni si quiera la he tocado...no puedo asegurar que esté aquí realmente.
Ahora es mi turno, me tiemblan las manos; creo que he caído en cuenta de lo que significa su presencia aquí: ella está aquí por algo, yo la traje aquí por una razón... nuestros verdaderos motivos se siguen escondiendo al final de ese cigarro, o los que le sigan. Valor fue lo que siempre nos hizo falta y no sé por qué tuve la idea de que drogadas encontraríamos la pregunta que le falta a nuestra respuesta.